viernes, 24 de junio de 2011

Analisis Alice Madness Return


El 6 de octubre de 2000, llegaba a nuestros ordenadores de manos de Rogue Entertaiment y EA: “American McGee’s Alice”, una versión de “Alicia en el País de las Maravillas” tiznada de sangre, violencia y otras macabrerías. El juego, que usaba el motor gráfico de Quake III Arena, hizo las delicias de los chavales de la época, sumergiendonos en el mundo producido por la locura de Alice Liddel, una chiquilla que habia sobrevivido al devastador incendio en el que se sumió su hogar y se llevó por delante la vida de su familia. Sus desvariados sueños con ese otro mundo la llevaron hasta el manicomio y sumergida en ellos, la unica forma que tiene para salvarse es aniquilar a la Reina Roja.



El 14 de junio de este año se lanzó a la venta su segunda parte: “Alice Madness Return”, que ampliaba sus horizontes hacia Xbox y PS3. Esta joya de Spicy Horse nos trae de vuelta a Alice, tiempo después de la tragedia. Ahora vive en Londres, bajo la supervisión de su psiquiatra. La locura aún no se ha marchado del todo, y ahora, el País de las Maravillas yace bajo nuevas reglas bizarras.

Alice Madness Return es una continuación directa a American McGee’s Alice, hilando a la perfección ambas historias. Aquellos que no han podido jugar al primero, no tienen porque preocuparse: el juego trae como DLC gratuito el titulo predecesor. Aún así, el juego en su argumento añade algunos datos que, aunque no salgan en el primero, guardan una estrecha relación con él y son de crucial importancia a la hora de atar todos los cabos. El ritmo narrativo que sigue es intenso de principio a fin, sin altibajos, y nos dejará pegados a la pantalla con ganas de ahondar más en el pasado de nuestra protagonista.



Como novedad, podremos movernos alternando entre la realidad y el País de las Maravillas, ya que lo que hagamos en éste tendrá su reflejo en el mundo real.


El juego consta de seis capítulos, seis mundos de plataformas y endiablados puzzles con más de un secreto por descubrir, con una ambientación que explota al máximo los miedos más arraigados. La exploración, una mejora respecto a su antecesor que pecaba de linealidad, será el elemento que nos ayude a recopilar y relacionar todos los recuerdos de Alice.

Esta vez, Spicy Horse ha optado por usar el engine gráfico de Unreal para recrear el mundo de Alice Madness Returns: los movimientos de los personajes son suaves y gráciles. Solo tenemos que observar como se mueve el pelo de Alice cuando saltamos, corremos o combatimos. Los escenarios juegan con las luces y las sombras, creando auténticos cuadros que nos sumergen totalmente en cada mundo y las músicas que los acompañan nos pondrán los pelos como escarpias. Las fases fuera del País de las Maravillas no tienen nada que envidiarles: nos topamos con una auténtica recreación de la neblinosa Londres. Las fases jugables, en 3D, contrastan con las introducciones en 2D, en la que los personajes parecen ser de papel o cartón.




Si bien al principio, la cámara nos puede jugar malas pasadas hasta que nos acostumbremos a ella, luego los controles no son nada difíciles de manejar. El sistema de combate también ha sido mejorado: ahora podemos señalar a nuestros enemigos como objetivos y realizar combos, esquivar o devolver ataques. Algo en lo que “American McGee’s Alice andaba algo ortopédico. Ya no gastamos cordura con cada ataque, y podemos mejorar nuestro arsenal de armas usando los dientes que encontremos en nuestro camino. También es indispensable hacer uso de las habilidades que te dan los vestidos de Alice: uno distinto por escenario y cada uno con su capacidad especial, siempre acorde con la ambientación.

Con unos escenarios tan grandes como los que presenta el juego, es fácil perderse. Para encontrar el camino, o incluso para darnos pistas sobre donde podría estar escondido algún secreto, tendremos que echar mano de otra habilidad especial de Alice: el “contrasentido”. Alice se hará pequeña, y así podrá ver lo que antes no podía ver: pintadas, flechas e incluso plataformas secretas para salvar cualquier obstáculo.




Alice ya no cuenta con su transformación demoníaca de la que hacia gala en el primer título. Ahora, cuando le quede un punto de vida, puede entrar al “Histeria mode”. Su grito hará que nuestros enemigos mueran automáticamente y nuestros ataques hacen mucho más daño.



Tenemos cuatro modos dificultad a elegir: fácil, normal, difícil y nightmare, muy bien ajustados. Ganarse cualquiera de los modos nos desbloqueara, además de los vestidos que el País de las Maravillas asigna a Alice en cada fase, la opción de “New Game +”, guardando todo lo que habíamos conseguido: armas, dientes, vidas… También disponemos en el menú principal de Contenido Extra, con los recuerdos de Alice conseguidos, galería de imágenes, un resumen de la historia de American McGee’s Alice y la posibilidad de volver a ver los videos del juego.

La primera semana del lanzamiento, EA ya puso a la venta el primer DLC para el juego: un set de vestidos y skins para Alice y sus armas, para que probemos nuevas experiencias con el juego.





En conclusión, Alice Madness Return merece un lugar en vuestras estanterías, sobre todo si sois amantes de lo “gore” u os gustan las historias con cierto transfondo psicológico detrás. Tanto los textos como las voces están en español, aunque el doblaje sea su punto malo: cinco dobladores para todo. Más de una vez escuchareis la misma voz para otro personaje distinto, aun cuando hablan uno después del otro. A pesar de eso, tenemos un juego de culto entre manos que no podéis dejar pasar este verano.