miércoles, 9 de febrero de 2011

Reportaje: Los chicos de la ventisca celebran su 20º Aniversario (Parte I)



La gente de Blizzard está "que lo parte". La compañía estadounidense acaba de anunciar que celebrará sus 20 años de vida por todo lo alto, con una página especial plagada de vídeos, entrevistas y varias sorpresas...

Supongo que muchos y muchas lo sabrán ya, pero me gustaría hacer un homenaje a esta gran compañía, que ha sido ejemplo a seguir de muchas otras que han llegado después, y que nos ha traído, en mi humilde opinión, algunos de los mejores videojuegos de la Historia.



Y el homenaje no consiste en otra cosa que en un completo reportaje sobre la larga trayectoria de la compañía, que realizaré a lo largo de dos entradas.

Pero de primeras, voy a poneros éste simpático video en el que se puede apreciar una antiquísima demo no jugable de Battle Chess, lanzado para distintos tipos de computadoras allá por el año 1988. Se trata de un peculiar juego de ajedrez para ordenador con una IA muy avanzada para su época y un sentido del humor un tanto macabro, jugando con las metáforas de las figuras del ajedrez.


Aunque el juego esté firmado y distribuido por Interplay, no son sino los padres fundadores de Blizzard (cuando aún tenían espinillas en la cara) los magnos culpables de esta obra de arte. Unos años después, en 1991, se dieron a conocer como un pequeño estudio llamado Silicon & Synapse, y tras unos cuantos ajetreos legales, finalmente en 1994 se convirtieron en lo que sería Blizzard, con un montón de interesantes ideas en mente...

Tampoco sería un justo homenaje, creo yo, si no enumerara las cosas en las que ha errado Blizzard en estos últimos años, centrándonos, cómo no, en lo que han hecho con cierto juego que supuso, allá por el año 2004, su gallina de los huevos de oro.

Tened una cosa bien clara: World of Warcraft es un juego que no está diseñado para entretener, si no para enganchar y mantener a sus legiones fielmente ancladas a sus cuotas mensuales. Un gran desarrollo, toneladas de trabajo una historia insuperable, sí, ¿pero a qué precio? Casos de familias destrozadas y gente en el paro por culpa de admitir sin vergüenza alguna que se pasan 14 horas al día entretenidos en hacer subir de nivel a un bicho verde. Un juego que ha sido ya calificado como "el producto más adictivo de todos los tiempos", no sólo dentro del ámbito de los videojuegos; teniendo que venderse en EEUU con mensajes de advertencia similares a los del alcohol y el tabaco.

¿Cuál ha sido la fórmula del éxito? Aparte del elemento altamente adictivo antes mencionado, una característica de lo más simple: el hecho de seguir utilizando un motor gráfico de más de 6 años de antigüedad, que funciona a la perfección en cualquier equipo doméstico de gama media y que no necesita muchos más recursos para maquillarlo y ponerle unos cuantos parches conforme pasa el tiempo. Esto es muy criticado por mucha gente, pero si te paras a pensar un poco, te das cuenta de que forma parte de la ecuación.

Pero dejemos de hablar de World of Warcraft. Cada vez que pienso en la espléndida carrera artística y comercial de esta compañía, no puedo evitar que se me revuelva la espinita del corazón cuando pienso en su podrido y millonario MMO, pero Blizzard fue y es mucho más que eso. Detrás de este nombre hay toda una serie de juegos que hicieron historia con cada una de sus letras: cada título que ha sacado Blizzard ha sido un referente a copiar y un camino que ha marcado el rumbo de la industria. Hagamos un breve repaso de todos ellos. Comencemos.

Después del breve ejercicio del éxito practicado con Battle Chest, los por aquel entonces llamados Silicon & Synapse tienen más cosas en mente (¡y tanto! diréis...). En primer lugar, en 1992 aparece Lost Vikings, un simpático juego de plataformas que nos narra la historia de tres vikingos (Erik, Olaf y Baleog) abducidos por una nave alienígena que, valiéndose de sus rudas habilidades, tendrán que apañárselas para escapar a través de amasijos de metal futurista y viajes en el tiempo, y huir de las garras del malvado Tomator. La fórmula del juego fue más que acertada, combinando las plataformas con el elemento estratégico de poder alternar entre los tres protagonistas según que habilidad nos convenía más para salir victoriosos de las diversas situaciones que se nos planteaban. Lost Vikings apareció en MSDOS, Amiga, Amiga CD32, SNES, Mega Drive y un remake para Game Boy Advance.


Al ver que la cosa les iba más que bien, decidieron seguir. Probaron suerte con los juegos de carreras. Mezclando ese dato con su inconfundible estilo de hacer las cosas, nació Rock n' Roll Racing en 1993 para SNES y las plataformas dominantes de Sega: Genesis y Megadrive. Este juego nos ponía en la piel de un temerario conductor de estilo cyberpunk / fantástico a elegir entre varios personajes (¡entre ellos Olaf de Lost Vikings, procedente del planeta Valhalla!), y seguidamente escogíamos entre tres vehículos distintos de estilo monster-truck, pudiendo también personalizar el color. Seguidamente, llegaba la acción trepidante de una mortal carrera de 4 adversarios en vista isométrica, donde, además de nuestras habilidades de conducción, era fundamental hacer uso de armas acopladas a los vehículos y aprovechar los elementos del circuito para hacernos con la victoria. Y si ya de por sí la combinación resulta atractiva, añadámosle una banda sonora monumental compuesta por grandes clásicos del rock y el heavy metal en versión de 16 bits (Back to the Bone, Paranoid, Highway Star, Born to be Wild...).


En 1994, ya como Blizzard, aparece el cautivador Blackthorne (renombrado a veces como BlackHawk), un juego de acción y plataformas que nos sitúa en la piel de Kyle, el príncipe heredero de un reino pacífico encargado de custodiar una reliquia llamada "La Piedra de la Luz", y codiciada por un ser oscuro llamado Sarlac, dueño de un poderoso ejército de monstruos. Por supuesto, el objetivo del juego es que Kyle impida que Sarlac se haga con el objeto mágico, a golpe de escopeta recortada. Lo más llamativo de este juego es la estética de los monstruos y de la historia en general, que deja entrever claramente lo que tienen pensado para Warcraft y Diablo. ¿Orcos que atacan un castillo? ¿No os suena de algo, obviando que los orcos llevan escopetas también? Sin duda los chicos de la ventisca iban ya por buen camino...
Blackthorne apareció en un principio para SNES y MS-DOS, pero más tarde se pasó a una paleta de colores más amplia en Sega 32X y MacOS.



Cabe añadir también que tanto Rock n' Roll Racing como Blackthorne tuvieron su remake en Game Boy Advance junto con Lost Vikings en 2003, en un mismo cartucho.

Sin embargo, parece que los chavalotes no tenían prisa por revolucionar el mercado. Por eso, se tomaron un tiempo para sacar The Death and Return of Superman, para SNES y Sega Genesis, también en el 94. Se trataba del típico beat'em up de turno al más puro estilo Streets of Rage, ambientado en los dramáticos acontecimientos de la saga de Doomsday de DC, donde el Hombre de Acero las pasa realmente canutas. Aquí, simplemente tiene que cargarse a unos cuantos píxeles con forma de enemigos para saltar de pantalla en pantalla, nada del otro mundo. El juego fue desarrollado por Blizzard conjuntamente con Sunsoft y distribuido por ésta última. A los chicos de la ventisca, definitivamente lo de distribuir nunca les ha llamado...


Ahora sí, después de este pequeño paréntesis, nuestros muchachotes estaban ya más que preparados para dar el gran paso... Y en 1994 apareció Warcraft: Orcs & Humans. En una época en la que un juego así habría estado condenado al fracaso (pues era la Edad Dorada de las aventuras gráficas al estilo Monkey Island o Sam & Max), su revolucionario concepto de estrategia adictiva y frenética (aunque esto ya se puso en práctica en su día con un juego más antiguo de la licencia Dune) daría mucho de que hablar y supondría una catapulta al futuro de los videojuegos de ordenador.
La historia en aquel momento no parecía nada del otro mundo, pero con el paso de los años, dándose de sí poco a poco con la ayuda del Maestro (en mi humilde opinión) del guión videojueguil, el señor Bill Roper, se convertiría en una de las licencias de videojuegos más exitosas de la Historia. Y seguro que en Blizzard, cuando les pregunten por la historia de la empresa, algún que otro friki se pondrá nostálgico y dirá "todo comenzó hace mucho tiempo, cuando un ejército de Orcos asoló el Castillo de Stormwind bajo las órdenes del malvado mago Medivh, en el mágico reino de Azeroth y bla bla bla...".
Recolección de recursos, construcción de una base, gestión de un ejército, planificación de ataques y defensas... elementos básicos de todo juego de estrategia que se precie, fueron en su día elementos innovadores y de riesgo en Warcraft. No merece más que reverencias una detrás de otra.

Extensos y extraños rumores han surgido sobre los orígenes de esta saga, como por ejemplo, que en un principio Warcraft iba a ser una subdivisión de Warhammer Fantasy, estando así Blizzard a las órdenes de Games Workshop, pero distanciándose más tarde por disputas comerciales... ¿Cuánto habrá de verdad en eso? Quién sabe...



De momento, haré una pausa, porque la historia de Blizzard es extensa y apasionante desde el punto de vista de un gamer. Y además, pulir todo esto y pasarlo de un blog a otro es un coñazo, así que, mañana más.

Buenas noches.

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